Scroll to top
es

De Alaska hasta Baja California: documentando la migración de los bosques submarinos gracias a una cooperación internacional de investigación y ciencia ciudadana

Redacción: Sarah Buckleitner
Traducción: Rodrigo Beas y Jorge Torre

En una demostración arrolladora del poder de la ciencia ciudadana o participativa para documentar los cambios en ecosistemas marinos causados por el calentamiento del océano, académicos de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) se unieron a Comunidad y Biodiversidad, A.C. (COBI), y a otras instituciones líderes como la Universidad de Stanford para demostrar la inminente migración hacia el norte de los bosques de macroalgas en el Pacifico Norte.

Esta investigación sugiere que el aumento de la temperatura del mar causará para el 2050 cambios drásticos ecológicos y económicos en las comunidades, tanto marinas como humanas, que dependen de los bosques de macroalgas para sobrevivir.

Este estudio integra y analiza observaciones submarinas desde Alaska hasta Baja California Sur, México, de los últimos 20 años. El Dr. Rodrigo Beas, autor principal de este trabajo, describió el proyecto como un enfoque único para monitorear los cambios a gran escala que ocurren en los ecosistemas de todo el mundo.


Ver Imagen

El Dr. Beas, también comparó las macroalgas con árboles dentro de un bosque. “Los bosques de macroalgas como estos, son tan complejo y productivos como las selvas tropicales y uno de los ecosistemas más importantes en temas de carbón azul”, afirmó Beas.

Piensa en lo que pasaría si desaparecieran todos los árboles de un bosque: se convertiría en una llanura. Puede que todavía encontremos vida, pero no se parecería en nada al ecosistema que vivía cuando el bosque estaba lleno de árboles. Las macroalgas son los árboles de los bosques submarinos”, explicó el Dr. Brock Woodson, investigador de la Universidad de Georgia asociado a este proyecto.

La participación coordinada de 14 instituciones fue clave para documentar la respuesta de los ecosistemas marinos a esta escala tan grande de espacio. Este trabajo incluyó la participación de la Universidad de Alaska, Universidad de Stanford, Universidad de California, Universidad de Georgia, el Instituto de Investigación Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI), Reef Check California, Universidad Estatal de San Diego, Comunidad y Biodiversidad, A.C. y la UABC. Además, contaron con la participación de comunidades pesqueras en México como las cooperativas Ensenada, Progreso y Buzos y Pescadores de la Baja California.

Gracias a un programa de monitoreo estandarizado, que abarca grandes extensiones de nuestro océano, muchos años y esfuerzos de colaboración, pudimos observar un sistema completo y obtener información única”, dijo Dr. Brock Woodson; y quien añadió “Si hubiéramos estudiado solo algunos sitios individualmente, nunca hubiéramos podido sacar las mismas conclusiones sobre ¿cómo están cambiando los bosques de algas marinas a gran escala?“.

Los miembros del este proyecto esperan pueda servir como modelo de cómo aprovechar el poder que tiene la coordinación y cooperación de la toma de datos de científicos y voluntarios para otros sitios en el mundo.

Cada región tenía un tipo diferente de buzas y buzos que recolectaron la información, desde estudiantes universitarios y turistas en California, hasta mujeres y hombres de las comunidades pesqueras en la península de Baja California”. Comentó el Dr. Jorge Torre, Director General de COBI, colaborador del proyecto.

En Isla Natividad, el grupo de mujeres capacitadas en buceo y monitoreo, denominado “Sirenas de Natividad”, son un ejemplo relevante del poder del monitoreo comunitario y un paso adelante para lograr la igualdad de género en el mar”, dijo la Dra. Fiorenza Micheli, de la Universidad de Stanford, líder del esfuerzo.

Los voluntarios de todos los programas utilizaron “transectos de banda”, un método utilizado para medir la distancia bajo el agua y recopilar visualmente datos sobre la cantidad y talla de peces, invertebrados, esponjas, y algas que vieron mientras buceaban en los bosques de macroalgas”, comentó el Dr. Julio Lorda, profesor de la UABC.

Cuando integraron y analizaron los datos de cada uno de los programas de monitoreo submarino, las investigadoras e investigadores pudieron observar claramente una tendencia en toda la región: los bordes de la distribución son más sensibles y las macroalgas están migrando hacia el norte. El equipo de investigación también observó que a medida que las macroalgas migran, sólo las especies que las comen directamente parecen migrar con ellas. Esto deja una red trófica fracturada.

La Dra. Micheli, enfatizó la necesidad de acelerar acciones para adaptarse a estos cambios ya que los impactos serán mayores en los sitos al norte y sur de esta región. “Esto destaca la urgencia de proteger estos ecosistemas vitales, mantener los medios de vida y garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades costeras”.

Este es un excelente ejemplo de colaboración entre investigadoras, investigadores, comunidades y organizaciones de la sociedad civil de Estados Unidos y México para comprender cómo el cambio climático afectará el bosque de macroalgas y, por lo tanto, las pesquerías y las comunidades costeras en los próximos 30 años. Esto puede ayudarnos a comenzar a hacer los cambios necesarios para que las comunidades costeras puedan adaptarse y mantener la resiliencia del ecosistema”. Concluyó el Dr. Torre.

Lee el artículo completo aquí